El aumento de los precios de venta y de los alquileres está siendo generado por la inflación junto con limitaciones en la oferta. Esta situación llama la atención debido a su efecto directo en la posibilidad de acceso a vivienda, lo que suscita interés por saber cómo manejar esta tendencia que genera tensión en la demanda.
Evolución del alquiler frente a la inflación
Los alquileres han tenido un crecimiento acumulado del 34 % desde 2019 hasta la primera mitad de 2025, porcentaje que supera ampliamente el aumento del precio de venta, que fue del 22 %. Este contexto muestra que la inflación está impactando con más severidad a los inquilinos en comparación con los compradores.

Presión en el mercado de compraventa
A pesar de que los precios de venta continuarán aumentando —se prevé un incremento del 7 % en 2026—, la dinámica del mercado muestra señales contradictorias; las subidas proyectadas no se traducen automáticamente en un crecimiento sostenido de las transacciones.
- El crecimiento de las ventas se ve limitado por el desbalance entre oferta y demanda, que reduce la capacidad del mercado para absorber más operaciones.
- La escasez de viviendas disponibles —por baja reposición de stock y retrasos en nueva construcción— contrae la oferta y concentra la demanda en menos unidades.
- El aumento estructural de los precios implica que los valores de mercado se elevan de forma sostenida, afectando la capacidad de compra de hogares y la velocidad de rotación.
- Como consecuencia, se genera presión sobre la accesibilidad y una desaceleración relativa en el volumen de ventas, pese a las subidas de precios.

Causas estructurales y coyunturales
El impacto inflamatorio se agrava por la escasa inversión, la incertidumbre regulatoria, la falta de personal cualificado y la lenta transformación del suelo.
- Escasa inversión: limita proyectos de mitigación.
- Incertidumbre regulatoria: normas variables frenan la planificación.
- Déficit de personal y suelo: falta de técnicos y procesos lentos impiden respuesta eficiente.
- Plan de Vivienda 2026‑2030: valioso, pero su eficacia se ve limitada por la insuficiente coordinación interinstitucional.
Los precios del alquiler y de la compra de vivienda están siendo presionados hacia arriba por una oferta escasa, inflación persistente y regulación insuficiente. Para garantizar un acceso asequible en el futuro, será necesario fortalecer la capacidad de construcción, acelerar las normas y coordinar políticas.